El número 20 representa la búsqueda o la entrega de energías, de apoyo espiritual, de la naturalidad, del esoterismo, así como de temas mentales o psicológicos.

Está compuesto por los dígitos 2 y 0, los cuáles le dan el siguiente valor:

0 – El 0 se asocia con la sensibilidad, haciendo que el individuo en cuestión sea más empático, siendo capaz de ponerse en la piel de la otra persona.
2 – El significado del número 2, por su parte, aporta una gran imaginación, la capacidad de poder ver los diferentes problemas en perspectiva (tanto los suyos propios, cómo los de los demás).

¿Qué significa el número 20 en numerología?

Cuando se componen las dos cifras que dan forma al número 20 nos encontramos con una persona sabia, que aprende de los errores y que no tarda en hacer que estos formen parte de su experiencia.

También tenemos a personas sensibles, que sienten los problemas de los demás como si fueran de ellos mismos, y que siempre tienen una solución lista, por si la pueden llegar a necesitar.

Ventajas de identificarse con el número 20

Las personas identificadas por el número 20 son líderes natos, capaces de ponerse al frente de cualquier empresa y dirigirla hacia el éxito.

En el momento en el que todos están celebrando los triunfos, ellos están pensando en el proyecto en el que van a hacer mañana, así como en todos los problemas que pueden amenazar lo que han conseguido hasta ese momento. Son amigos de sus amigos, pudiendo confiar en ellos cuando más falta hace.

El 20 y su lado negativo

El problema de estos individuos es que nunca llegarán a ser completamente felices. El hecho de que su mente esté en marcha en todo momento, previniendo problemas que puedan llegar a surgir, tarde o temprano les terminará por pasar factura.

Aunque si que es verdad que las personas asociadas por el número 20 tienen una solución en todo momento, a veces pecan de vanidad y no las proponen a las personas que las necesitan, por lo menos no de forma espontánea. Es decir, que esperan a que sean ellas las que se acerquen para poder ofrecérsela.

También pueden cometer el problema de centrarse demasiado en los problemas de los demás, en lugar de los de ellos mismos. Sin embargo, estos pequeños defectos en su vanidad no son nada comparados con todo lo que pueden ofrecer a la humanidad.