1 – Dios siempre bendice a los perseguidos por su fe en Cristo
En el último verso sobre las bienaventuranzas, Jesús dijo: “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos”. (Mateo 5:10)
Desde el surgimiento de la Iglesia, fundada poco después de que Jesús resucitó y regresó al cielo, los cristianos han sido perseguidos por su fe en el Hijo de Dios. Muchos fueron y aún son expulsados de sus hogares, golpeados e incluso asesinados. El apóstol Pablo mismo persiguió a muchos creyentes antes de su conversión; y después de que terminó cambiando de bando, se convirtió en uno de los perseguidos por su fe en Jesús.
Sin embargo, toda la maldad sufrida por Pablo cuando sirvió a Cristo no lo desanimó, ya que sabía esta promesa que Jesús había hecho en el Sermón del Monte. Para llevar una palabra de buen ánimo a sus hermanos en la fe, Pablo escribió: “Debemos pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios” (Hechos 14:22).
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