Hay 8 características basadas en las bienaventuranzas citadas por Jesús en el Sermón del Monte, que se registra en el evangelio de Mateo capítulo 5. Ver más sobre 8 tipos de personas que Dios siempre bendice
8 – Dios siempre bendice a los pobres de espíritu
Vea lo que Jesús dijo en Mateo 5: 3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.
Note que Jesús no está hablando aquí sobre pobreza financiera o material. Pero, después de todo, ¿quiénes son los espiritualmente pobres? Son aquellos que miran sus propias almas y se dan cuenta de que no tienen nada que ofrecer a Dios. No se consideran buenos o justos, porque saben que son pecadores. Tampoco son fuertes y valientes, porque saben que son débiles y temerosos. Todo lo que tienen que hacer es pedirle a Dios que se apiade de ellos.
Jesús ama a estas personas porque saben que no pueden salvarse a sí mismas, por lo que ponen toda su esperanza en la salvación que Él ofrece. Y así reciben del Señor no solo algunas bendiciones, sino también el Reino de los cielos, es decir, el Reino de Dios.
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7 – Dios siempre bendice a los que lloran
En el versículo 4 está escrito: “Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados”. (Mateo 5: 4)
Este tipo de llanto no se trata de llorar debido a un problema personal, como la pérdida de un trabajo o el final de una relación romántica, por ejemplo. Este grito mencionado por Jesús es uno que nace del arrepentimiento y la tristeza causada por el pecado. Pero no solo nuestro pecado, sino el pecado de nuestra familia, nuestros amigos, nuestro país … Es el dolor causado por las injusticias de este mundo y el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas. Dios consuela y bendice a los que sufren de esta manera porque sabe que sus corazones son como los de Jesús, que sintió amor y compasión por los demás.
Entonces, si quieres ser bendecido, debes dejar de mirarte a ti mismo y a tus problemas y comenzar a preocuparte por quién está a tu lado; necesitas mirar a tu hermano y sufrir por ver que él está lejos de la presencia de Dios.
Pero, si no puede tener ese sentimiento, pídale a Dios que cambie su “corazón de piedra” y ponga en su lugar un “corazón de carne”, amoroso como el de Jesús.
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6 – Dios siempre bendice a los humildes
Pero ahora, no vamos a hablar sobre la pobreza de espíritu. Vea lo que Jesús dijo en el versículo 5: “Bienaventurados los humildes, porque recibirán la tierra como herencia”. (Mateo 5: 5)
En este pasaje, Jesús se refirió a aquellos que, a pesar de ser humillados, criticados y ofendidos, no se dejan dominar por la ira y el sentimiento de venganza. Por el contrario, son personas que usan la paciencia para soportar sus luchas. ¿Y por qué son bendecidos? Porque entienden que es Dios quien los defiende y que ninguno de sus planes puede ser frustrado.
En otro pasaje en el mismo evangelio que Mateo, Jesús dijo: “Aprende de mí, porque soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). Sabemos que Cristo fue perseguido, humillado, pero en ningún momento se defendió o perjudicó a nadie, sino que entregó todo en manos de Dios, porque sabía que la verdadera justicia proviene de Él (1 Pedro 2:23). ¡Así que vive de la misma manera y el Señor nunca dejará de bendecirte!
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5 – Dios siempre bendice a quienes buscan justicia
En el versículo 6, Jesús dijo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”. (Mateo 5: 6)
Tener hambre y sed de justicia significa no conformarse con las injusticias que suceden en el mundo, y la mejor manera de combatir esto es vivir de manera justa.
El mundo nos ofrece muchas tentaciones para cometer injusticias. Esto puede ser en forma de sobornos, mentiras, falsas promesas, siempre pensando en aprovechar algo o alguien. En estos momentos, debemos recordar que Dios no está complacido con la injusticia, porque Él es justo. Entonces, cuando elegimos hacer lo correcto, aunque a menudo es difícil, el Señor nos recompensa y nos bendice.
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4 – Dios siempre bendice a los que tienen misericordia
En el versículo 7, Jesús dijo: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia”. (Mateo 5: 7)
Si tienes un adjetivo que define a Dios muy bien, es que Él es misericordioso. El Señor tiene un corazón que nos ve más allá de nuestros pecados; quien prefiere amarnos y perdonarnos en lugar de condenarnos. Y cuando actuamos de la misma manera que Él, somos bendecidos con la gracia y la misericordia que tanto necesitamos.
¿Y cómo podemos hacer esto? Dedicando nuestro tiempo y recursos a nuestros vecinos. Tener piedad es conmoverse por la frágil situación del otro y hacer lo que sea necesario para ayudarlo. Es rezar, aconsejar, evangelizar, en lugar de señalar con el dedo y juzgar. En resumen: ser misericordioso es obedecer la orden de Jesús de amar a tu prójimo como a ti mismo.
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3 – Dios siempre bendice a los que son puros de corazón
En el versículo 8 está escrito: “Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios”. (Mateo 5: 8)
Esto significa que aquellos que han aceptado a Jesús y no permiten que sus mentes y corazones sean dominados por la malicia y las obras de la carne, recibirán la bendición de ver a Dios obrando en sus vidas.
Jesús dijo en Mateo capítulo 15 que es de nuestro corazón que todo mal procede y hace impuro al hombre. ¿Y cómo podemos evitar los malos pensamientos y sentimientos que surgen dentro de nosotros? Hay una frase que dice que “no podemos evitar que un pájaro caiga sobre nuestra cabeza, pero podemos evitar que haga un nido”. Esto significa que no podemos evitar que surjan malos pensamientos y sentimientos en nuestras mentes, pero debemos expulsarlos antes de que se arraiguen. Entonces, mi hermano, si quieres caminar con Dios y ser bendecido por Él, busca vivir en santidad y mantente alejado de todo lo que te aleja del Señor.
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2 – Dios siempre bendice a quienes buscan la paz a toda costa
Vea lo que dijo Jesús en el versículo 9: “Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios”. (Mateo 5: 9)
Buscar la paz no solo significa que debemos tener paz interior, o tener que aceptar todo lo que se nos impone sin estar en desacuerdo con nada ni con nadie. Los pacificadores son aquellos que se han reconciliado con Dios al recibir a Jesús como su Salvador y quienes, al recibir la paz verdadera, buscan vivir en paz con todos y, más que eso, promover la paz entre las personas a través de la proclamación del Evangelio. En otras palabras, la persona que realmente lucha por la paz es reconocida como el hijo de Dios, no solo el suyo, sino también el de todos los que lo rodean.
¿Y cómo puedes hacer eso? Ayudando en la reconciliación entre hermanos que están peleando, parejas que están en crisis en la relación, padres e hijos que no se entienden … Finalmente, llegar a todos aquellos que están experimentando algún tipo de conflicto con otras personas.
Entonces ora para que Dios te dé sabiduría y te use en un mundo tan problemático. Si está dispuesto a traer la paz y el amor del Señor, las bendiciones nunca dejarán de llegar a su vida.
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1 – Dios siempre bendice a los perseguidos por su fe en Cristo
En el último verso sobre las bienaventuranzas, Jesús dijo: “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos”. (Mateo 5:10)
Desde el surgimiento de la Iglesia, fundada poco después de que Jesús resucitó y regresó al cielo, los cristianos han sido perseguidos por su fe en el Hijo de Dios. Muchos fueron y aún son expulsados de sus hogares, golpeados e incluso asesinados. El apóstol Pablo mismo persiguió a muchos creyentes antes de su conversión; y después de que terminó cambiando de bando, se convirtió en uno de los perseguidos por su fe en Jesús.
Sin embargo, toda la maldad sufrida por Pablo cuando sirvió a Cristo no lo desanimó, ya que sabía esta promesa que Jesús había hecho en el Sermón del Monte. Para llevar una palabra de buen ánimo a sus hermanos en la fe, Pablo escribió: “Debemos pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios” (Hechos 14:22).
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