Norma y regla son palabras que pueden usarse como sinónimos para referirse a las pautas, disposiciones o preceptos que debemos seguir. Sin embargo, estos términos no siempre son intercambiables.
La norma, por ejemplo, es más amplia que la regla. Se refiere a todas las pautas o lineamientos que rigen la conducta o comportamiento de una colectividad, como una empresa, una comunidad o la sociedad en general.
De allí que la norma pueda tener relevancia legal y jurídica al establecer, en sus disposiciones y preceptos, los deberes y derechos de los ciudadanos.
No obstante, las normas también suponen aspectos morales, pues son ellas las que regulan las relaciones entre los individuos en una sociedad. Así, pues, son normas en nuestra sociedad cosas como la justicia, el respeto o la honestidad.
La regla, por su parte, es mucho más específica que la norma, y hace referencia a aspectos más concretos. Las reglas nos indican lo que está prohibido y lo que no, el modo de actuar que es admitido y el que no, la forma en que debe hacerse una cosa y la que no.
En este sentido, las reglas pueden referirse a cuestiones más puntuales de la convivencia en sociedad. Por ejemplo, las reglas de una oficina en las cuales se contemplan cosas como el horario, el respeto del espacio personal, la limpieza y el silencio en el lugar de trabajo, entre otras cosas.
Asimismo, las reglas pueden establecer la forma en que se debe ejecutarse alguna cosa, un procedimiento, etc. Por ejemplo: reglas para la atención al cliente.